Celebrando su primer decenio

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En este 2019 las compañías La maldita vanidadLa navaja de Ockham y Quinta picota están cumpliendo 10 años.

Una década de trabajo continuo con proyectos artísticos y de gestión, han caracterizado a estas tres agrupaciones, que sobresalen dentro de una importante generación de artistas teatrales, logrando movilizar otros puntos de vista del teatro bogotano.

En el año 2009 unos egresados de la Escuela del Teatro Libre se reunían en el salón del quinto piso del Teatro Libre de Chapinero, para consolidar la idea de montar una obra de teatro. Bajo la dirección de Iván Carvajal y Nicolás Deletoille, nacía la obra Pathellin como primer fruto de lo que hoy conocemos como Quinta Picota. Pero fue El fatalista y su patrón, su segunda obra, la que le dio relevancia dentro de la cartelera teatral bogotana. Continuo con otras apuestas en las que se incluye una etapa de colaboraciones con el dramaturgo y director mexicano Iván Olivares, mientras que de forma paralela creaba una línea de gestión a la que bautizó Resortera. Oficina de proyectos escénicos. Con la circulación en festivales locales, nacionales e internacionales, estos años se han llenado de tareas y propósitos que la agrupación celebra este 2019 con la circulación de su repertorio de obras y dos estrenos. El primero, Los niños de África con la dramaturgia de Santiago Merchant y la dirección de Alexis Rojas; y el segundo —que estrenará en agosto en La factoría L’explose—, el texto de Verónica Ochoa, Barrio Malevo, inspirado en el universo del bailarín de tango Carlos Julio Ramírez, padre de Natalia Ramírez integrante de Quinta picota.

Liderada por la directora teatral Katalina Moskowictz, hace un decenio se consolidó la idea de una compañía con claros intereses en la dramaturgia colombiana. En 2009 nació La navaja de Ockham, siendo a la fecha la compañía destacada de esta generación, por ser liderada por una mujer directora, con un continuo trabajo en la creación, circulación y gestión de teatro en Bogotá. Desde la obra Cartas de sal —montaje que junto con otras inquietudes impulso la creación del proyecto que hoy conocemos—, la compañía le ha apostado a la dramaturgia local, ya sea con adaptaciones, seleccionando obras ya escritas o convocando a dramaturgos para que escriban los textos de sus futuros montajes. En la lista de dramaturgos con los que ha hecho colaboraciones se encuentran Erik Leyton, Pedro Miguel Rozo, Diana Chery Ramírez, Carlos Enrique Lozano, entre otros. Trabajos que se han convertido en clásicos de nuestro teatro reciente como El gran cuaderno y apuestas tan importantes como la tetralogía Ciudad Babel, se suman al constante desarrollo de La navaja de Ockham, que trae consigo una lista de premios y becas. Para este año de celebración, la circulación de obras de su repertorio será un objetivo, comenzando en mayo con la temporada de Edipo o El crimen, beca de creación del Ministerio de cultura 2018; y realizará la segunda versión del proyecto Teatro cuenta nuestra historia, llevando a colegios distritales escenas de la obra Huecos en los ojos de Erik Leyton, acompañadas de un apoyo pedagógico, con el propósito de crear conciencia en los jóvenes y adolescentes, sobre la importancia de conocer la historia colombiana.

Y la compañía La maldita vanidad también esta de cumpleaños número 10. El sueño que inicio convirtiendo en escenario la sala del apartamento del director y dramaturgo Jorge Hugo Marín, es hoy un proyecto artístico consolidado. A la fecha tiene quince producciones propias, la participación en más de 45 festivales nacionales e internacionales y la apertura de una sede con dos salas de teatro en programación permanente. El fusionar el denominado teatro realista con la presentación en escenarios no convencionales, ha hecho de la compañía un referente del más reciente teatro en nuestro país, no solamente al interior sino en la larga lista de países a los que ha llevado sus producciones. Hace diez años con la obra El autor intelectual, la compañía revolucionó un sector importante del teatro capitalino, que volcó la mirada hacia su teatro, con el cual hacía una propuesta renovadora y contundente. Y no se ha detenido. El trayecto se fue fortaleciendo con las piezas Los autores materiales y Como quieres que te quiera, que hacen parte de su trilogía Sobre algunos asuntos de familia. Luego vinieron proyectos resultado de becas públicas, co-producciones y autogestión. Además de su sede con actividad constante, ha creado una línea de formación teatral y ha construido el espacio para la dramaturgia Benditas lecturas, con el cual ha editado dos libros. Para celebrar esta primera década de trabajo, La maldita vanidad presentará varias de sus obras junto con el estreno de Promesa de fin de año, en coproducción con el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo. Realizará la tercera edición del evento bienal Mirada paralela que en esta oportunidad rinde homenaje a la vida y obra de William Shakespeare, y tendrá coproducciones internacionales, como la actual con el dramaturgo y director Sergio Blanco, con quien tiene en temporada la obra Tráfico.

Deseamos incluir en este grupo a la compañía La congregación, que bajo el liderazgo del actor, director y dramaturgo Johan Velandia, viene de transitar su año número 10, que celebró con una temporada de repertorio entre los meses de septiembre y noviembre de 2018 en el Teatro Petra. Allí presentó sus obras El ensayo, El jardín de los almendros y Camargo, obra que se encuentra en la programación de Teatro Colombiano del Teatro Colón, junto con El libro de Job en coproducción con la Facultad de Artes ASAB. La compañía en este momento se encuentra participando en el 9° Festival internacional de Artes escénicas en Ciudad de Panamá y durante este año es el Grupo residente del Teatro Libre, lugar en donde podrá ensayar y presentar sus obras en temporadas en la sala de Chapinero.

A las cuatro compañías: ¡Felices 10!

 

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