Fotografía de Marc Vanappelghem
El Teatro Malandro, la compañía suiza fundada por el bogotano Omar Porras, sigue exponiendo su excelente y particular trabajo en los escenarios europeos.
Viajando entre autores clásicos, hace algunas semanas terminó la temporada de su versión de Romeo y Julieta de Shakespeare, en Malakoff, una ciudad cercana a París. Este montaje hablado en japones y francés y con actores de ambas nacionalidades y culturas, puso en la escena, la historia de los amantes de Verona, en donde el teatro Nô, las marionetas «bunkaru» y las técnicas tradicionales del «kabuki» se reúnen en esta apuesta que expone el riesgo y visión del director.
Y pocos días después se convierte en suceso teatral en la ciudad de Ginebra con el estreno de su último trabajo, con el que se lanzó al agua. La dama del mar de Henrik Ibsen, es la nueva excusa para que Porras y su equipo sigan explorando en otras historias, lenguajes y ritmos, que hoy los llevan a sorprender a su público dada la dirección que ha tomado este nuevo trabajo, un trabajo más profundo, más interior, como lo dicen los críticos que ya hablan de la obra.
Buen viento y buena mar para el director bogotano y el Teatro Malandro, que esperamos tener pronto con alguna de sus obras a menos kilómetros de distancia.