Dramaturgia: Juliana Reyes
Dirección: Tino Fernández
Es un solo de danza-teatro que desnuda la vulnerabilidad, exhibición y desnaturalización del cuerpo.
Inspirada en la pintura ‘Estudio según el retrato del papa Inocencio X de Velázquez’, de Francis Bacon, Diario de una crucifixión es un choque de tensiones entre el cuerpo vulnerable dentro de una urna de cristal y el espectador. La privacidad se elimina y se convierte en el escenario donde el hombre está solo frente a su existencia, y es a su vez juez y acusado, víctima y verdugo de su naturaleza.
Esta puesta, es una reflexión sobre las diferentes formas de conquista y de imposición que existen frente a la cultura y la religión.