Es un testimonio de casi un siglo de violencia y de una guerra civil no declarada. En el escenario desfilan muchos personajes en diferentes episodios sin un orden. Lo único que los reúne es el viento de la violencia, el huracán que ha soplado casi sin pausa sobre nuestra generación. Es así como en “Los papeles del infierno” aparece la gran violencia y la pequeña. La histórica y la cotidiana. La oficial y la de los agredidos. Aquí están juntos tanto los silencios como algunas respuestas a ese monstruoso intento de mantener a cualquier costo los privilegios. Esta obra de Enrique Buenaventura penetra honradamente en la realidad histórica, social, política y económica de nuestro país.