Maestra en Artes escénicas con énfasis en Actuación, de la Facultad de Artes – ASAB de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Ha combinado su quehacer actoral, entre le cine y el teatro. Ha participado en diferentes montajes teatrales como: El pato salvaje, La casa de Bernarda Alba, Dracovid, El paseo – Teatro, entre otros. Se ha caracterizado por sus montajes unipersonales donde prima el maquillaje y la metateatralidad como: Pola Ardiente, Fascinación Mariana, Bathory Vigilia de sangre. En películas como La sombra del juez y Coraje. Autodenomina su trabajo como gótico teatral, ya que se basa en el género del terror para investigar la atmósfera de este, en el teatro y su propia estética. En 2024 ganó Premio Bravo del ACA, a mejor actriz revelación de Artes Vivas. Actualmente trabaja con Sandro Romero Rey y con el grupo La Mar Esqueleto teatro, junto a Santiago Lugo.
Es la primera vez que tengo la oportunidad de escribir sobre teatro. Me considero una espectadora atenta a la cartelera que ofrece la ciudad. Me gusta entender el teatro desde sus diferentes puestas, lenguajes, tipos de público a quienes va dirigido, desde lo que se considera comercial, hasta lo que no. De temporadas que duran seis meses, hasta las que duran dos días. Esta disciplina me emociona y por eso en esta edición de ESTO VI – les comparto desde mi visión como actriz lo que veo en las obras que menciono a continuación. Extiendo un profundo agradecimiento a Kiosko Teatral por este espacio.
Tartufo / Teatro libre / Dirección: Ricardo Camacho
Un clásico teatral del dramaturgo Molière, llevada a una visión contemporánea tanto en la escenografía como en el vestuario, sin perder de vista la complejidad del texto y la identidad arquetípica de los personajes, de los gestos creados por los actores y el maquillaje. El Teatro Libre siempre logra sorprender a su público con la investigación que llevan a la escena de estos textos clásicos, que pareciera, ya nadie monta. Pero que ellos traen al presente recordando orígenes teatrales, preguntas actorales y del escenario que trascienden los siglos. La genialidad de Molière sigue su curso en el tiempo y nos continúa regalando humor a través de sus escritos que nunca mueren, que siguen incentivando a actores como los del grupo del Teatro Libre a seguir divirtiendo al público con estas críticas sociales que no cambian, o se transforman con el pasar de los años. Un coro de intérpretes, un regreso a la antigua comedia con actores del presente.
Té con cucas / Teatrova / Dirección: Kadir Abdel Rahim
Esta pieza, nos lleva a viajar por la quinta dimensión, la del teatro, donde todo es posible. Una puesta en escena con recursos de imagen, ilusionismo y movimiento, que hacen alucinar al espectador en todas las direcciones. Apoyada por la dramaturgia de un texto en verso contemporáneo, escrito por Carlos Parada. Té con cucas logra un enlace entre la investigación del espacio, del texto y la creación de un grupo de actores que siguen los pasos de la imaginación de su dramaturgo y director, logrando materializar todo un lenguaje. Me interesó la firmeza con la que los actores del grupo asumen este estilo, esta propuesta, salen a defenderla con escudos y reflectores, con cantos y danzas hacen que el público, sea el espectador que sea, viaje a una dimensión desconocida sin pararse de su silla. Sin duda nos regalaron una gran función.
El vuelo de Leonor / Umbral Teatro / Dirección: Carolina Vivas Ferreira
Una puesta escénica original del grupo Umbral teatro, escrita, dirigida y actuada por Carolina Vivas, donde nos cuenta la historia femenina de sus ancestras, en un diálogo con el público. Nos lleva por diferentes momentos y situaciones que sobrellevaron las mujeres de su linaje, regalándonos una gran historia que se suma a las de muchas mujeres en siglos pasados que nunca se conocieron, las que guardaron silencio, las que sacrificaron su pensamiento crítico a causa de las normas, las que sí pudieron ser, las que amaron, formaron y dejaron por legado un hogar que trasciende las décadas. Todo esto con la maravillosa interpretación de Carolina Vivas, acompañada de dos grandes actrices e Ignacio Rodríguez «Nachito». Esta representación teatral, llena de música, fotografías antiguas, actuación, vulnerabilidad y poesía, logran encantar al público, conmoverlo, llevarlo a la reflexión y a disfrutar de una obra de autor tan única y hermosa como las que soñamos algún día crear.
La maratón de Nueva York / El Hormiguero Teatro / Dirección: Gianluca Barbadori
Este espectáculo es todo un reto tanto para los actores, como para los espectadores. Durante aproximadamente una hora, un par de amigos trotan por una calle en medio de la oscuridad, recordando temas cotidianos que se cuentan con entre panas, mientras se entrenan para una maratón. La situación va desencadenando el verdadero fin por el cual se encuentran allí, un lugar en medio de la nada que parece no existir, que nos da la penumbra y nos induce a algo que pareciera fantasmagórico, que retrasa la espera, o la aumenta. Llena de ansiedad el saber el esfuerzo físico que hacen los actores y al mismo tiempo la confianza, la naturalidad que guardan en ellos. Me interesó el final, un espacio vacío, presencias que se extinguieron, una caja negra donde sucedió un instante que desapareció.
Historia de un Disfraz / Teatro R101 / Dirección: Hernando Parra
Esta representación nos lleva a diferentes lugares en la personalidad de su actor- dramaturgo. Cuenta cómo un disfraz se vuelve el símbolo de toda una historia de vida. Un artificio para ocultar las tragedias cotidianas. En este caso, Superman no solo es el superhéroe de las películas, sino también un personaje que se tergiversa y se convierte en el mismo narrador. Un recurso del meta teatro que nos entra y nos saca del dispositivo escénico, regalándonos momentos de diversión, de reflexión, donde podemos identificar a nuestro niño interno, el cual sale cada tanto a recordarnos quiénes somos, a sacarnos lo que nos gusta sin culpas y a enfrentar el día a día, no desde el disfraz sino desde la vida misma. Me interesó la dramaturgia, la forma en cómo está construida la obra, el vestuario, las ideas desde el diseño de arte, los apoyos audiovisuales, con guiños a la época virtual durante la pandemia del Covid19, y la autobiografía, que hace de esta historia una pieza bella, poética, sin disfraz.
Mohamed o El Coyote / Teatro de juguete / Dirección: Carlos Andrés Velásquez
Un escritor solo en su estudio escribe un texto. Abordando los temas de la migración. Intenta escribir algunas frases de inicio, pero nunca se siente satisfecho ya que de su cabeza empieza a materializarse, en el escenario, un alter ego que lo impugna acerca del papel del arte y del privilegio en el que se encuentra. El Coyote que es esta conciencia, lo hace reflexionar, sobre cómo su tema se basa en el sufrimiento de los otros para beneficiarse, y en última instancia, lucrarse. La figura de «el Coyote», objeta todo el tiempo al escritor, por querer escribir esta obra, haciéndolo sentir confrontado moralmente. Una puesta multidisciplinar que mezcla la animación de objetos, con la danza y el teatro. Un lenguaje que, la misma obra va dando como guía. El Coyote sale de la cabeza de este autor y nos lleva a reflexionar también como público de teatro, sobre nuestra posición en el arte.
La obra que sale mal / Teatro Nacional / Dirección: Ricardo Behrens, Lucho Velasco
La obra que sale mal. No sale nunca mal. Eso pensé después de una función. Es la segunda vez que la veo, y puedo pensar que es de esas obras que me repetiría mil veces. Todo su dispositivo escénico, el juego que habita en cada actor, en la precisión de los cambios, con la escenografía, es sencillamente sorprendente. Los enredos, las situaciones divertidas que le suceden a esta compañía de teatro, el caos total por el que transitan al querer hacer una obra bien, hace que las risas no paren de salir ante su fracaso. Un teatro dentro del teatro, donde incluso algo que salga mal, sale bien. La maestría que, desde mi punto de vista van logrando las funciones noche a noche, permite que, en cada temporada, los actores puedan entrar más en el detalle de su propia creación y llegar a lugares donde solo el público nos permite llegar.
El exorcista / La Tropa – Cesper producciones / Dirección: Rafael Perrín
El primer referente que llega al leer este título es la película de 1973. Una de las más exitosas y terroríficas en la historia del Cine. Pero ¿en el teatro? Me atrevo a decir que conserva muy bien su tono y estilo. Inspirada en la novela de William Peter Blatty, esta obra a cargo de la Tropa de Robinson es también una de las obras de terror más exitosa de los últimos tiempos. El uso de los efectos sonoros, escenográficos, de luz, de composición, dan al público de la capital un gran espectáculo fuera de este mundo. Donde el terror pasa de ser un género, a convertirse en toda una experiencia. En la historia, una niña de doce años es poseída por una entidad demoníaca, empieza a comportarse de forma extraña y taciturna. Su madre nota que algo está mal, desesperada, decide llamar a un par sacerdotes. Estos determinan la causa y deciden realizarle un exorcismo. Entonces lo sobrenatural empieza a tomarse el escenario. La obra transcurre en diferentes lugares, donde podemos ver la teatralidad del espacio, unida a la atmósfera de lo paranormal.
La escena invertida / Vicky Hernández, Johan Velandia, Jorge Zabaraín / Dirección: Jorge Zabaraín
Esta obra independiente nos narra la historia de una actriz famosa, retirada a causa de sus años, encerrada en su casa. Su hijo, es un dramaturgo que la visita un día, con la intención de mostrarle su nueva obra. Le propone actuar en ella, pero es entonces cuando se desencadena un conflicto entre madre e hijo mediado por la vocación artística de ambos. Ella piensa que su hijo no tiene talento y lo que ha escrito es muy malo. Se confrontan a medida que la lectura de la obra continúa, puesto que el texto está lleno de alusiones a la vida de ambos, a reclamos, peleas no resueltas y conflictos entre ambos. Me interesó ver la apología entre los actores y personajes, puesto que son y nos son, juega la mente del espectador al ver una mezcla entre el universo real y el teatral, el cual está inspirado en la atmósfera y el tono de Tennessee Williams, con un formato más cercano a nuestro contexto. Maravilloso sentir la presencia escénica de una actriz como Vicky Hernández, que nos regala toda la esencia de su vida en un instante.
Normal / Espectro doméstico / Dirección: Daniel Medina
Normal me llevó a buenos momentos escénicos. Allí conocí a la actriz que interpreta el personaje de Teresa, Daniela Camacho. Fui feliz viendo su construcción. Me sorprendió su genialidad en las tablas, su versatilidad en la interpretación, su energía, la relación con los espectadores, sin duda muy divertido. Hacía mucho no veía una actriz contemporánea que lograra encantarme desde su primera aparición. Fue fantástica. Pensaba que me gusta ir al teatro a divertirme, a aprender, a investigar, y cuando me encuentro con colegas talentosos, el disfrute es doble. Un personaje que nos narra momentos muy íntimos de su vida, mientras está en el funeral de su tío, que luego deja de ser solemne para convertirse en una fiesta, donde el público es el principal invitado.
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