Es una obra de Teatro-Danza que reinterpreta el mito clásico para hablar del deseo, la mirada y los moldes sociales. El intérprete se sumerge en un cuerpo de agua simbólico, donde espejos y destellos líquidos deforman su reflejo, mientras el público atraviesa una experiencia inmersiva que expone identidad, género, cuerpo y movimiento.
La puesta en escena rompe con la imagen de lo que se espera ver en un cuerpo y abre un espacio de cuestionamiento: ¿quiénes somos frente a lo que la sociedad impone? En la fragilidad del espejo aparece la posibilidad de renacer en un “yo” auténtico, libre y propio.
Proyecto de: El nido. Laboratorio del caos
Dirección: Andrés Gutiérrez
Dramaturgia: Andrés Gutiérrez
Elenco: Cristian Morales