Caos del eterno principio: Rutas mágicas de «La tribu Gitana» del Itinerante del sol

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Análisis de la OBRA:

La tribu gitana, Melquíades y su mujer sol-edad viaja mil años con unos pergaminos hasta llegar a Macondo”

de Beatriz Camargo  estrenada  en julio del 2019

Por Liliana Alzate Cuervo (Actriz, dramaturga, crítica teatral, autora de los libros El teatro femenino: una dramaturgia fronteriza y ¿Cuál es su problema fundamental. Diálogos con Santiago García.)

CORO: “No tengo otra cosa que hacer mejor que el juego y la fiesta.”

(La gitanería continúa el camino muy lentamente replicando con estrofas del poeta, mientras se proyectan imágenes oníricas sobre los hilos que caen de las alturas)

Camargo, 2017[1] 

La gitanería se tomó El teatro mayor este fin de semana el 5 y 6 de julio con el estreno de la coproducción del grupo Teatro Itinerante del Sol y el Teatro Julio Mario Santo Domingo.  Tal vez por mi propia condición de nómada o porque –No tengo otra cosa que hacer, mejor que el juego y la fiesta- esta última obra del Teatro Itinerante del sol, me ha conmovido y como fiel seguidora del trabajo de la maestra Beatriz, me he ido detrás de su tribu gitana, guiada por Melquiades a recorrer las rutas desde el Oriente, Asia  hasta América; y como en todas sus creaciones he hecho parte del convivum[2], de la ancestralidad de teatro y de una sanación del planeta;  nuestro corazón se transformó y la posible identidad que tenemos envolatada en estas épocas de post catástrofe pareció aflorar.

La estructura de la obra tiene una estructura cuántica aunque su tiempo es circular ya que gira alrededor de la fiesta.  Consta de 7 cuadros que dan paso a una caravana gitana que va recorriendo la historia trágica de la tierra. La tribu nómada se convierte en sí misma en la esperanza del retorno a la conciencia en “Un caos del eterno principio”.

La voz de Lorca como hilo conductor, encarnada refinadamente en Janeth Rico, teje cada uno de los cuadros, así como las imágenes pictóricas y fotográficas escogidas. Los textos, las coreografías, la música y los coros de las mujeres, nos van guiando en rutas mágicas que entretejen las poéticas de la belleza y la celebración; para finalmente enfrentarnos en encrucijadas a la barbarie y la oscuridad.

Principalmente la tribu gitana, Melquíades y su mujer sol-edad viaja mil años con unos pergaminos hasta llegar a Macondo, para lograrlo recorre varias rutas históricas: La ruta de las especies, la ruta de la seda, la ruta de América, la ruta de los esclavos, la ruta de Mu a través de imágenes y voces ancestrales .

Cartografías liminales:

Actualmente, podemos afirmar que la escritura teatral permite reconocer diferentes tipos de textualidad dramática: la de la autora que en este caso es la misma directora, la del actor/actriz y la del grupo. Entonces el acontecimiento escénico se interpreta tanto en el texto dramático como en el de la representación, creando una nueva lectura de la dramaturgia.  Esta dramaturgia que aconteció en las funciones, está viva, ya que aproxima al oficiante con el público creador que en comunión componen una dramaturgia de resistencia ante el formato de espectáculo teatral.

En la obra el sentido de identidad se disuelve hasta causar una desorientación inicial en el observador; los lugares, las cosas, las gentes que aparecen en la escena establecen un estado liminal, entendiendo lo Liminal como un período de transición donde los límites normales del pensamiento se trasgreden[3] ; siendo útil este estado, para entenderse a uno mismo y a los comportamiento sociales que se reflejan en una situación logrando conducirnos hacia  nuevas perspectivas de la lectura en el arte.

MELQUÍADES:

“¿Qué puedo hacer…?,  pues no me reconozco a mí mismo.

No soy del Este, ni del Oeste, ni de la tierra, ni del mar.

No soy de la tierra, ni del agua, ni del aire, ni del fuego….

No soy de este mundo, ni del próximo, ni del Paraíso, ni del Infierno.

No soy de Adán, ni de Eva.

Mi lugar es el sin lugar, mi señal es la sin señal.

No tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma de la Amada.

He desechado la dualidad… (poema Rumi, tomado Camargo 2017).[4]

Suspendida en este estado me surge la pregunta: ¿Cómo es que el impulso creativo de sus participantes permitieron la construcción de una nueva forma de sanar el sentido del horror de la existencia humana a partir del propio cuerpo en movimiento?

Entonces, desde ese matiz la obra y su tribu me propone seguirlos en unas claves de lectura, que yo expongo en este ensayo como: Cartografías liminales.  Dicen los especialistas en la lectura de mapas que: el papel del mapa es presentar una imagen fractal de la realidad geográfica, entonces en este trabajo la percepción común sobre la naturaleza de los mapas es que son espejos o representaciones gráficas de algunos aspectos del mundo real.  En este reflejo veo entonces varias líneas interpretativas: El cuerpo desterritorializado, la autora y su obra, la Imagen, el proceso creativo del grupo, imágenes, voces ancestrales.  Para este medio resumiré a estos ítems. (Los interesados en profundizar podrán acudir a mi blog: https://vanguardiateatral.blogspot.com/)

Líneas:

1. El cuerpo  desterritorializado

En este viaje escénico se entiende el cuerpo como una cartografía representacional de la: historia, memoria, sexualidad, pasión, violencia, tortura y el poder. Pobladores ancestrales y futuros se hacen presentes en el cuerpo-escenario. La obra nos invita, a visibilizar en el cuerpo de las/los oficiantes la teatralidad de la existencia humana, siempre en movimiento; los cuerpos están atravesado por múltiples fuerzas de sus pensamientos, sus sensaciones, sus pasiones, sus deseos su propio contexto cultural; desterritorializan sus propios cuerpos en escena. Veamos unos ejemplos:

Tenemos el cuerpo oscuro que amenaza la armonía de cada cuadro y el cuerpo blanco semidesnudo que atraviesa el escenario en un tiempo Butoh que los habita Ángela Sánchez, La Mora;  el cuerpo de la poeta Gitana Papousza[5], la cual relegada de su tribu  por atreverse a escribir poesía, es encarnada en la obra sutilmente por Roció Ospina ; el cuerpo de la madre de la tierra de fuego es Liliana Godoy ; el cuerpo de Melquiades sobre el escenario es el cuerpo de la actriz-autora Beatriz Camargo;  el cuerpo de un Buendía amarrado a un palo es Ignacio Prieto;  el cuerpo de  las mujeres de negro, el cuerpo de Lorca niño, el cuerpo-voz de Lorca muerto, el cuerpo de los músicos, el cuerpo mascara;  el cuerpo de la imagen proyectada.  En fin el cuerpo de toda la tribu y el cuerpo del público que observa en vilo a estos cuerpos en escena descargando energía sanadora.

Hay también cuerpos compuestos de rutas dramáticas que se ligan con nuestra propia memoria como partes de este gran cuerpo de la obra. Lo vemos específicamente con el sonido del tren y –sus tres mil cuatrocientos treinta y tres muertos que van desde Macondo rumbo al mar-.  En el cual la memoria colectiva atraviesa la narración y nos invita no solo a recordar al nobel en el escenario sino a nosotros mismos leyendo esa parte de la novela; evocando la memoria de nuestra historia no narrada, que hoy pareciera querer ser borrada.    A un tiempo, en otro lugar de la escena tambores africanos y gaitas aborígenes rebosan de entusiasmo; Irrumpe el espíritu africano de François Mackandal[6] y se libera la historia de esclavitud, encarnado en el cuerpo de la actriz Carolina Bejarano. A otro tiempo después sentimos el ahogo de los miles de judíos que están siendo exterminados en las cámaras de gas en la II guerra mundial y paralelo escuchamos la voz del poeta Lorca que advierte que será enterrado vivo.  Así es como los momentos cuánticos, como bucles en el tiempo, pasa por nuestros cuerpos en la obra de los gitanos y todo cobra sentido. Nos damos cuenta que somos parte del mismo cuerpo compuesto, de la misma estirpe, de la misma humanidad.

Para ver como se anudan los mapas de sentidos dentro de la obra detengámonos en otro ejemplo de cuerpos deterritorializados: una mujer atraviesa en danza Butoh[7] el escenario varias veces y en otro momento es otro ser completamente cubierto de negro que hace el opuesto marcando unas pautas en toda la obra.  Este entrecruzamiento va trazando una ruta en la escena; nosotros mientras la observamos buscamos en el corazón la relación que tiene esos dos seres con las diferentes rutas que están siendo recorridas por la tribu gitana. Y es en ese viaje de opuestos que se nos va develando un cuerpo sombrío de la vida, personificando en ese ser oscuro y un lugar fértil que emerge del desnudo blanco;   En esa dualidad de sentido vemos en el escenario a la vida naciendo y muriendo en la oscuridad y la luz. Todo aquello sin forma, aquello que no se puede expresar en palabras, lo inexplicable, lo destruido o desaparecido, algo que no se puede ver pero se siente, como algo lleno de contradicción e irracionalidad una sombría iluminación, algo como el `caos del eterno principio´ que impulsa y detienen cada movimiento de los actos.

Los cuerpos de la obra tanto en imagen como físicos resultan evidenciando una proliferación de espacios, dibujando una cartografía universal de ciudades demolidas o en reconstrucción, de terrenos baldíos en cúmulos de viguetas y de chatarra. Se abren espacios a los efectos del miedo y de la angustia, pero también a aquella necesidad de renovación en este tiempo de incertidumbre. Todo se nos revela, por un lado la caída de los valores que anteriormente habían regido la vida en la historia de la humanidad y por otro, la necesidad y el deseo de creación de algo nuevo dentro de la misma territorialidad.

La tribu gitana se permite hacer sonar las discordancias y las variaciones como un campo de resistencias en la creación artística.  En ella se revelan el deseo de crear algo nuevo respecto a la tendencia de occidentalización cada vez más creciente y a su vez, el de transgredir los valores tradicionales que rigen el buen comportamiento de una cultura sumergida en la economía naranja. La tribu se mueve como pinturas hechas a mano y los cuerpos se dibujan al óleo con las voces y los textos. La trashumancia del dolor y los abusos en las masacres históricas de nuestro país se regresan al vientre de la madre universal en forma de piedras; completando así una gran desterritorialización de los cuerpos en el escenario.

2. La autora y su obra (literatura, arte y realismo mágico)

El llamado del dharma vuelve aparecer coherentemente en el trabajo de la maestra, ahora decantando y liberador de sus propios miedos, al tejer la literatura, las artes plástica y el realismo mágico en escena logra que todos sintamos una segunda oportunidad sobre esta tierra.

Cantara nos propone un entretejido complejo de la historia de la humanidad, con sus referentes literarios, artísticos y todos sus años experiencia;  dibuja mapas mágicos con sus músicos en vivo Manigua, Rock Mestizo y su grupo de dedicación exclusiva;  demostrando, una vez más, su permanente tenacidad para convocar corazones que confíen en el teatro trasformador de conciencias. Como publico participamos de un ritual conmovedor y recién “parido”, el cual nos involucra de tal forma que al final en las dos funciones que asistí,  los espectadores  agradecen y asoman sus corazones conmovidos, son tocados al unísono por una experiencia convival urgente para nuestro país adolorido.

En la obra se reconstruyen espacios oníricos de la autora Beatriz Camargo en todo su recorrido por las tablas.  Los personajes que la han acompañado en su trasegar por las tablas y las nuevas voces subalternas encontradas se van subiendo al tren del Magdalena: Lorca, los pintores Brughel y Goya,  los judíos, la  poeta polaca Papousza, Lola Kiepja, la última chamána de tierra del fuego, Aureliano Buendía, Melquiades, Mackandal el liberador de la rebelión negra de Haití, Remedios la bella,  las mariposas amarillas de Mauricio Babilona, El papa y la corte Europea de la época de la conquista, Los wayuu, los Pijaos,  los cantos de los Gunadule,  Chaplin y así compone su otra tribu.

Toda ella, Beatriz, la tejedora mayor, siendo grupo nos llevan de vagón en vagón contándonos de nuevo nuestra historia desde lo no dicho. Vamos recorriendo continentes, países, atravesando fronteras impermeables del conocimiento.  Olemos las especies y la sangre de la barbarie humana que define territorios y separa seres de la madre tierra. Finalmente ella y su obra lidera el derecho fundamental para amar, la confianza en la poesía dramática y el respeto por la diferencia. Pareciera que Ella, Beatriz en la voz de Federico: nos dice:-“Yo soy, yo amo, yo veo, yo actúo, yo quiero. Cuando haya amado por siempre, conoceré. El amor en mí conoce todas las cambiantes máscaras de la verdad.” (Camargo 2017)

3. El proceso creativo: 

El grupo de creadores y su autora Beatriz Camargo decidieron romper con el inescrutable texto del Garciamarquiano y encontraron en el proceso creativo los movimientos escénicos. Para lograrlo indagaron, sobre sus tradiciones más antiguas, sobre las rutas nómadas de la humanidad y en las nuevas lecturas literarias sobre 100 años de soledad y su influencia Wayuu, potencializando su creación a través de la improvisación y la metodología de entrega escénica que ha caracterizado históricamente el trabajo de 55 años de nuestra maestra. (Leer más ver A corazón abierto Alzate 2015)[8]. Los participantes analizan colectivamente las acciones de la obra en un esfuerzo por comprenderla más allá de la gestación del texto de la autora.

Esta alternativa permite al grupo como comunidades creativas conocer más lecturas y construir un conocimiento holístico del territorio de la obra para que puedan elegir una manera más asertiva de habitarla. Edificar el vínculo entre cuerpo y territorio representado en la cartografía del cuerpo del actor/actriz, es lo novedoso de su metodología de trabajo. Durante el proceso creativo se encuentra la estrecha relación entre territorio y cuerpo escénico, son palpitantes los accidentes geográficos en las zonas del cuerpo de los actores y actrices todos se relacionan con la Maloca de Villa de Leyva, con los Valles, montañas, desiertos cundí boyacenses. Así como temperaturas, climas y olores que se trazan en una trama íntima entre territorio real vs territorio escénico.

Los 7 cuadros se elaboraron en colectivo en un proceso de planificación participativa poniendo en común el saber colectivo en círculos de palabra. Es un proceso democrático de construcción de conocimiento a través de la trascripción de la experiencia de la escena y en este caso los lugares nombrados en el texto: Mu-Ataisz Kitus Tiwanako Karal Tikal, Palenque, Ciudad Dorada, Titicaca, Boyacá, Chía, Teherán,  Antioquía, Ankara y Alejandría, Damasco,  Petra, Esmirna y Estambul, la Dura Europos hasta la bella Palmira(Camargo,2017)

4. Individualidades destacadas:

Los cuerpos en la escena despliegan múltiples ejemplos del entrecruzamiento entre lo humano y lo territorial. Actores y actrices son individualmente espejos de la interculturalidad de nuestro país, pero al mismo tiempo componen un solo cuerpo liminal de la tribu gitana.  Son cada uno las encarnaciones de los personajes de este universo, habitan y desafían la escena, hacen que los sentimientos brotan de las piedras, las lágrimas de los ríos; las palmas surcan los desiertos en temblores y zapateos amorosos.

Amarelis (la abuela amiga de las piedras) es Liliana Godoy, actriz argentina la de la bella palabra, visionaria, la amiga de las piedras, da el significado de las almendras, al árbol de macondo, y atesora los muertos de nuestras masacres en su vientre como un árbol de vida.

Sol-edad: mujer del sol, acompañante eterna de Melquiades y mujer visionaria, bailaora y cantaora es María Fernanda Orosco, no desfallece, permanece con una luz especial en cada encuentro con los otros y con la escena.

La voz de Federico y también la reina Isabel de Inglaterra es Janeth Rico; que con increíble fuerza escénica compone el texto en su cuerpo y encuentra su voz sublime.

Francois Mackanday:  (el Espartaco negro)  quemado vio en la revolución haitiana, Historia no contada por los blancos. Fue orador, profeta y precursor de Haití, conocedor de plantas y educado doctor. Su leyenda dice que es amo del fuego transformador yes   festejando en este encuentro ancestral por Carolina Bejarano, que tiembla la libertad de los esclavos y con vigor y entusiasmo danza el fuego en la escena a son de los tambores en vivo de Manigua. 

José arcadio Buendía y el Papa es Ignacio Prieto es la cuota pausada de un tiempo y experticia macondiana.

Mauricio Habilonia   es Gabriel Gonzales, un gitano que le canta a lo femenino con amor y veracidad en la escena y también encarna la clásica escena de Charlot alimentándose      gustosamente de un zapato, reto que logra gratificantemente.

Papusza: es Roció Ospina, dar vida a la poeta a Romaní después de tantos años que su memoria y su obra fueron vetadas y olvidadas por la comunidad gitana polaca. Roció redescubre sus textos en escena advirtiéndonos en su emoción la exclusión y la necesidad imperiosa de su escritura.

Los coros y voces: narran y aconseja a los protagonistas, tienen el poder de transforma la trama.  Ahí se destacan: Juana Vargas que trae el agua al tribu y Gabriela Céspedes que con la elasticidad canta con su cuerpo de una manera vibrante, Y que en unión con los músicos del grupo Manigua rock mestizo: Carlos Roldan, Theo Rojas, Sebastián, Oscar, José miguel y Cristian Garzón, Camilo Orjuela, Iván Guacaneme. Nos recuerdan a la estructura griega.

Pero no podemos olvidar el carretel, de algodón que como objeto mágico, funciona como otro personaje- ya que es el cordón umbilical con la madre tierra, la pluma con que escribe la poeta Papurzka, el hilo que se teje y desteje, que como una red que protege y ahoga según los acontecimientos. Él nos dice en voz de AMARELIS: ¡Capotea todas las guerras, hasta rasgar el velo que te separa de ti mismo!!! ¡Huye de las vergüenzas!!! ¡Tú eres el carretel!!! (Camargo 2017).

El meztizaje :

En el texto la obra afirma, como aún no se establece la Constitución Política del 1991, que proclamó los derechos de una nación pluralista y libre. Según estadísticas del DANE: “ el 10.6 % de la población en Colombia es afrodescendiente, el 3.4 % indígena y el 0.01 % gitana. El 85 % restante es de naturaleza mestiza. En Colombia se dio la mezcla de tres culturas tras la Conquista: indígenas americanos, europeos —españoles, en su gran mayoría— y africanos. Como resultado, surgieron los mestizos (descendientes de amerindios y blancos), mulatos (descendientes de negros y blancos) y zambos (descendientes de amerindios y negros). Al país también arribaron árabes, judíos y gitanos en menor proporción.. [9] Entonces según esta aclaración oficial, la obra sustenta que el mestizaje es múltiple y tiene muchos significados.  Entre ellos propone la imagen de un mosaico, hecho de diferentes elementos y procesos, que pueden manifestarse dentro del cuerpo, dentro del ámbito familiar, así como dentro de la nación.

Visto así, el mestizaje en la obra deja espacios posibles a muchos elementos, en síntesis es un espacio de resistencia; lo que implica desestabilización y movimiento de diáspora; el valor de entender y vivir el concepto del mestizaje puede tener efectos de inclusión. Es una lucha para ver qué va a ser incluido y que excluido, y para darnos cuenta hasta dónde pueden retarse las jerarquías de poder.

 Voces ancestrales:

En la obra se entremezclan los cantos de lenguas: Gunadule [10] , Romi, Pijao, Wayuu, y los cantos Celman[11] de Lola Kiepja [12], última mujer chaman  de la tierra del fuego[13] y la voz de la poeta polaca Papousza. En la propuesta sonora que se intuye, del trabajo que tratamos, no se trata de introducir un idioma diferente, sino de un aumento en la cadencia y la longitud de los sonidos en el dialogo, asumiendo así un estilo como de cántico. Efectivamente, la entonación varía y los sonidos se alargan.  Esta cartografía de voces ancestrales estableció una conexión ancestral entre mi yo, el otro y el mundo de la obra y creo demostró a todo el convivum de esos días de junio que todos venimos del mismo Linaje  y así como nos recuerdan las voces Gunadule ´somos gente´  y con  SOL-EDAD: ¡Somos tierra!!! Y nuestro cuerpo es uno con el cielo, nuestros pies, su pulso, nuestra voz, su canto.  Nuestra música, hilo, con sed de los caminos.(Camargo 2017); 

 Esta última ruta nos lleva finalmente a  la principal cualidad de la celebración de esta obra: “el cómo” nos cuestiona la responsabilidad con la madre tierra, ¿qué tanto pertenecemos a ella y a la humanidad como comunidad?

Los ejecutantes de la obra pisan firmemente las tablas, se enraízan en su textura y su densidad, es en esta tierra simbolizada en el piso del escenario que compartimos, que danzan sus cuerpos y nos recuerdan el deseo de estar siempre cerca a la madre, de pisar con firmeza creando una intimidad singular con ella.  Buscando reconocer la identidad y las raíces de una sociedad que viajando en otras culturas, desde el sur de la India hasta sur de América reconoce su mestizaje.

 En fin la obra en su temporalidad logra descolonizamos la mente y el espíritu, a través del arte escénico.  Podríamos afirmar que las voces femeninas de la tribu Gitana del Itinerante del sol, son en una sola, la voz urgente de La pacha mama; que nos alerta por sus Rutas mágicas sobre el `CAOS DEL ETERNO PRINCIPIO´.  Entonces ya para cerrar este escrito y para hacer conciencia del lugar que habitamos quiero que recordemos hoy algo de su voz :

PAPOUSZA:

“¡Cuánta miseria y hambre!

¡Cuánto dolor y camino!

¡Cuántas afiladas piedras se clavaron en los pies!

¡Cuántas balas silbaron cerca de nuestros oídos!”.…

 

Oh Tierra, llena de árboles y mía,

yo soy ella, tu hija.

Los bosques y las praderas cantan,

el río y yo combinamos nuestras notas en un himno gitano,

Iré a las montañas con una preciosa y danzarina falda

hecha de pétalos de flores y gritaré con toda mi fuerza.

 

Tierra mía, tú fuiste lágrima,

fuiste horadada por el dolor.

gitana-añoraba-nomadismo

como un pequeño niño gitano escondido en el musgo.

Perdona Tierra mía mi pobre canción,

mi lamento gitano,

aprieta tu cuerpo contra el mío, Tierra mía,

cuando todo acabe, me entregaré a ti”. [14] (Camargo 2019)

 

CODA:

Agradecimientos de mi corazón mestizo a la maestra Beatriz Camargo por su apertura y por su confianza en mí lectura, al grupo y cada uno de sus corazones que se donaron para el proceso y las funciones en el teatro, a las fotos de Mark Litwicki +57 318 508 1387 (Colombia) cedidas por Victoria Cedeño y claro a la magia del teatro que sigue invítame a Explorar espacios internos y externos guiados por estos «mapas liminales» aquí propuestos. Con los cuales  intente seducir como punto de partida  a los lectores y lectoras de este escrito para que ojala se  dejen atravesar por el cuerpo – territorio escénico de esta tribu gitana y encuentren  más rutas para ver la obra de la Maestra Camargo, y tal vez  y gritar  juntos  en una próxima función : “Tierra tan sólo. Tierra. Tierra para todo lo que huye de la Tierra”. FIN   

Se terminó de escribir Chía 9 de julio del 2019


[1] Manuscrito original de la autora.  2017. Poesía de Rumi (Yalāl ad-Dīn Muhammad Balkhi), poeta sufí del siglo XII.

[2] Según Dubatti, Convivum: es el punto de partida del teatro; es el encuentro de un grupo de hombres y mujeres en un centro territorial, en un punto del espacio y del tiempo. Conjunción de presencias e intercambio humano directo, sin intermediaciones ni delegaciones que posibiliten la ausencia de los cuerpos. No se va al teatro para estar solo: el convivio es una práctica de socialización de cuerpos presentes, de afectación comunitaria, y significa una actitud negativa ante la desterritorialización socio comunicacional propiciada por las intermediaciones técnicas. 2004

[3] y que es caracterizado por la ambigüedad, la franqueza y la indeterminación.  Este estado pueden no terminar en una transición, o una transición puede estar entre dos estados, pueden no ser completamente posible. Lo que permanece entre estos dos otros estados construyen un estado liminal permanente. Victor Turner.2008

[4]  aparte  del manuscrito de la autora,

[5] poeta Gitana Bronislawa Wajs. Pie´sin Papousza , Papousza (muñeca en romaní), murió en la indiferencia y negada por los suyos. Nació alrededor de 1908-1987, ver: https://www.youtube.com/watch?v=AzYRyyq8VNY&list=PL8n4zhIel-YiuY4BzV7DY-cF8HN862_LJ&index=6

[6]  François Mackandal, Macandal o Makandal (en créole haitiano: Franswa Makandal; nacido en fecha desconocida, en África – fallecido 20 de enero de 1758 en Cap-Français, Saint-Domingue (actual Cap- Haïtien)) fue un esclavo cimarrón,1​ que encabezó varias rebeliones en el noroeste de la isla de Santo Domingo . Mackandal es considerado como un símbolo de la lucha negra anti-esclavista, y como uno de los precursore s de la Revolución haitiana de 1791.  primer país libre  en el mundo  ver mas: https://www.youtube.com/watch?v=Q-VQr8cjuRw&list=PL8n4zhIel-YiuY4BzV7DY-cF8HN862_LJ&index=17

[7] El ankoku butō (暗黒舞踏), conocido en Occidente simplemente como butō o butoh por su transliteración inglesa, es el nombre utilizado para referirse a un abanico de técnicas de danza creadas en 1950 por Kazuo Ohno y Tatsumi Hijikata, que, conmovidos por los fatídicos bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki, comienzan con la búsqueda de un nuevo cuerpo, el cuerpo de la postguerra…

[8] https: vanguardiateatral.blogspot.com/2015/08/origenes-corazon-abierto_24.htm

[9] https://www.colombia.co/pais-colombia/los-colombianos-somos-asi/colombia-un-pais-plurietnico-y-multicultural /  ver mas https://www.youtube.com/watch?v=JjhKQUBujhI&list=PL8n4zhIel-YiuY4BzV7DY-cF8HN862_LJ&index=15

[10] los Gunadule, quiere decir «La gente» en  Cuna.  Pertenecen a la familia lingüística Chibcha. Ellos manejan dos variedades dialectales de su idioma: la diaria y la ceremonial. La ceremonial surge en congresos comunales, en los rituales de curación, en las ceremonias de pubertad femenina o cuando llega un visitante a la casa. ver mas:  https://www.youtube.com/watch?v=UDmBzwpnoo0&list=PL8n4zhIel-YiuY4BzV7DY-cF8HN862_LJ&index=16

[14]   citado del manuscrito original de la obra:  Poesía de Papousza. encontrado en https://poetassigloveintiuno.blogspot.com.co/2012/11/bronislawa-wajspapusza8241

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