Podemos dividir el año en dos semestres, pero también en dos momentos claves para el nacimiento de nuevas obras, que llegan a refrescar las carteleras teatrales de nuestras salas.
Hemos detectado como meses claves para estrenos en nuestra capital, los meses de abril-mayo y de octubre-noviembre de cada año. Lo anterior lo exponemos bajo dos hipótesis, cada una por temporada de estrenos: la primera, es que las agrupaciones y compañías comienzan o continúan sus trabajos creativos en los meses de enero y febrero, convirtiendo abril y mayo, después de Semana Santa, en fechas prudenciales para hacer públicos los resultados de estas pesquisas creativas; y la segunda, después de mitad de año, julio y agosto se presentan como fechas para arranques creativos después de unas vacaciones —muchos de los artistas teatrales están ligados a dinámicas académicas—, y los resultados de sus ensayos se verán antes de finalizar el año, y a esto último se suman los estrenos de las becas de creación tanto del Ministerio de Cultura como de Idartes, entre otras, que se entregan con el compromiso de presentar las socializaciones de dichos estímulos, antes de mediados de noviembre. En este orden de ideas, estamos pasando por una lluvia de nuevo teatro, la primera temporada de estrenos de 2018.
El pasado 10 de abril, se estrenó una de las grandes apuestas del Teatro Colón, El crimen del siglo, con la dramaturgia y dirección del Miguel Torres, conmemorando los 70 años del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán. El 12 de abril se levantó el telón de La Factoría L’explose con el montaje dirigido por Carlos Aguilar La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca, con un elenco de nueve poderosas actrices de importante recorrido teatral. El 19 de abril gracias al Apoyo Iberescena 2017-2018, Teatro Prisma de Bogotá y Teatro Carretera 45 de México, estrenaron en el Galponcito de Umbral la obra La epopeya de los recicladores (En la foto, tomada por Liz Villate), escrita y dirigida por Antonio Zúñiga. El mismo 19 de abril La maldita vanidad nos presentó Nos hemos olvidado de todo, escrita y dirigida por Jorge Hugo Marín, obra inspirada en Ivanov de Antón Chéjov. Y también el 19 de abril nació Habi-tantes, pieza escrita por Erik Leyton y dirigida por Andrés Caballero de Hormiguero Teatro, en la sala Ágora de la Academia de Artes Guerrero, un homenaje a Calidoso, habitante de calle violentado en 2014. El 20 de abril en el Teatro R101, Púrpura Creactivo presentó la nueva mirada de su texto escrito y montado en el año 2000, Dos pequeños deseos, con dramaturgia y dirección de William Guevara Quiroz. El 25 de abril estrena Cázame dirigida por Jimmy Rangel, una producción de Casa E, inspirada en la película Gato negro, gato blanco del director serbio Emir Kusturica. El 25 y 26 de abril hará el pre-estreno la Compañía Vulnerable de la creación colectiva Nostalgia o Cómo María Eugenia Dávila se quedó en mí, dirigida por Milton Lopezarrubla. El 2 de mayo en el Teatro Mayor, Teatro Bizarro, dirigido por Mateo Rueda, presentará, como resultado de su Beca de creación multidisciplinar de mediano formato 2017-2018 del Idartes, en coproducción con el Teatro Jorge Eliecer Gaitán y el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, la obra Fe de erratas, que estará en el Jorge Elicer en el mes de junio. Y del 9 al 19 de mayo, Teatro Petra estrena su obra Cuando estallan las paredes, escrita y dirigida por Fabio Rubiano, una coproducción entre el Teatro Jorge Eliecer Gaitán y el Teatro Petra. Y entre estas fechas, seguro hay más estrenos que no alcanzamos a registrar.
Buen y numeroso público para estos trabajos que sin duda, hablan de la riqueza teatral de nuestra ciudad.