Foto de La criatura del Dr. Frankenstein por Ona Borràs, publicada en elpais.com

Texto tomado de barcelona.cat.

El dramaturgo y director José Sanchis Sinisterra, autor de ¡Ay, Carmela! y creador de la Sala Beckett en Barcelona, España, por ofrecer algunos datos sobre su trayectoria, estrena y dirige la pieza teatral La criatura del Dr. Frankenstein, interpretada por Ferran Audí. Un evento teatral que se vivirá en la Sala Atrium, también en Barcelona, entre el 20 de mayo y el 1 de junio de 2025.

José Sanchis Sinisterra nació en el año 1940 y, por tanto, ya tiene 85 años, buena parte de los cuales los ha pasado escribiendo y dirigiendo teatro o bien dedicándose a la pedagogía. Creador de la compañía Teatro Fronterizo, no solo es uno de los dramaturgos de nuestro tiempo más reputados y representados, sino que ha sido un gran renovador de la escena, defendiendo siempre el carácter doble (tanto teatral como literario) de los textos dramatúrgicos.

Autor de obras como la mencionada ¡Ay, Carmela!, y Perdida en los Apalaches, El lector por horas, Ñaque o de piojos y actores, entre otras, Sanchis Sinisterra continúa en plena forma escénica y, en su texto más reciente, invita a proyectar una mirada especialmente humana hacia la criatura creada por el doctor Frankenstein. Comparecerá ante una academia, y ante los académicos que forman parte de ella, deberá defender su trayectoria y reivindicarse como ser humano. En su intervención, rememorará su creación y los hechos que lo han llevado hasta ese momento, pero no solo recordará su propia biografía, sino que la intercalará con referencias literarias, con reflexiones sobre el lenguaje y con pensamientos especialmente lúcidos sobre la memoria y la identidad.

¿Quizá pide ayuda o compasión? ¿Quiere hacer pagar a su creador, el doctor Frankenstein, por haberlo traído al mundo? No, únicamente reclama, de aquellas personas que lo escuchan, la justicia que le corresponde. Mientras habla, expondrá circunstancias de su vida que el público ignoraba y que quizás la autora de la novela, dentro de la cual nació, prefirió no contar. Posiblemente se descubrirá que, este representante mayúsculo del terror, este fruto del atrevimiento supremo de la humanidad, se presenta más como un emisario del humor que del terror.