Es una reflexión sobre la justicia y todo el aparato que el hombre ha ideado en su afán de preservar la ley y el orden. Una mirada crítica, el trazo grueso de una caricatura a veces divertida y otras veces aterradora: dos jueces se preparan para dictar sentencia en la soledad de un vetusto y extraño tribunal. Sabe de memoria como deben proceder y, de antemano, saben que hay que declarar culpable al acusado. Pero no saben nada más, ni siquiera conocen al condenado ni cuáles son sus delitos… El baile ingenuo, ridículo y cruel de unos hombrecillos que el hombre convirtió en dioses
Proyecto de: Teatro Experimental Fontibón
Dirección: Raúl Cortes
Dramaturgia: —
Elenco: —