Foto: Christian Ugarte / Archivo El Comercio

La cautiva, obra de teatro escrita por el dramaturgo peruano Luis Alberto León y que fue estrenada en octubre de 2014 en el Teatro La plaza de Lima, fue señalada para ser investigada por la Dirección contra el terrorismo de la Policía Nacional del Perú, por el presunto delito de apología al terrorismo.

La obra transcurre en una morgue de Ayacucho en 1984, a la que llega el cadáver de una jovencita de 14 años, hija de terroristas y asesinada por las fuerzas del orden. En el imaginario de la obra, el cuerpo despierta y conversa con el auxiliar del lugar, un joven que está en un conflicto ético, porque tiene la orden de preparar ese cuerpo sin vida para ser ultrajado por una tropa que encabeza un capitán del Ejército. Según comenta el periódico peruano El Comercio, un alto mando de la Dirección contra el terrorismo, asistió al teatro en donde se encontraba la obra en temporada, para verla, grabarla y analizarla. El oficial elaboró un documento diciendo que la pieza teatral exaltaba el terrorismo, debido a que en sus líneas, los actores que encarnan a los personajes, hacían arengas a favor de la lucha armada y de la organización guerrillera Sendero Luminoso.

Los artistas en general, periodistas, espectadores y el Ministerio de cultura no se hicieron esperar y realizaron campañas con sólidos discursos a favor de la obra y en contra de tan absurda decisión que finalmente se echó para atrás. La acción que se intentó contra esta obra de teatro en el vecino país representa una amenaza contra la libertad de expresión y la libertad de creación artística, en tiempos en los que algunos bárbaros han decidido callar el pensamiento y la creatividad a sangre y fuego, como lo sucedido en París el pasado 7 de enero.

Para reflexionar.