La obra es una versión libre del texto homónimo y de el han quedado apenas fragmentos, pero su esencia, los temas y conflictos que la atraviesan perduran por medio de las acciones de los actores en el espacio escénico. “Es necesario desplazarse poco para no interrumpir los devenires” – Deleuze. El individuo suele construir cada tanto zonas de libertad y comodidad desde donde hace frente a su ser social y a la interacción con el otro. Dichas zonas, que en Polymnia hemos llamado nichos, no solo tienen que ver con un espacio físico, sino que involucran objetos, memorias y estados. En la obra los actores han procurado crear un nuevo nicho dentro de la propuesta escénica. Desde allí se disponen a observar y ser observados, a juzgar aquello que ven o escuchan, a transitar estados y fronteras que traspasan la posible unicidad de una acción dramática. Es pues normal que en el nicho creado se visibilicen los múltiples devenires de los actores y su interacción con un espectador que los observa a menos de un metro. Resortes ha sido el único personaje que ha prevalecido como tal, es decir, que no tiene más quiebres que aquellos que propone el dramaturgo. Los demás circulan a su alrededor buscando hilar, tejer, escuchar y estar, tratando de encontrar los pliegues y las pulsiones que aparecen en su interacción. la obra no pretende nada más allá que llevar de la mano a un espectador a través de los viajes que el mismo actor ha vivido en este proceso creativo.
Proyecto de: Polymnia Teatro
Dirección: Fabio Pedraza
Equipo: Vicente Bernal, Dubián Gallego, Alexánder Llerena y María Fernanda Gómez
Textos de: Versión libre de la obra homónima de Alexánder Llerena