Cada casa tiene sus fantasmas, algunos habitan entre los libros, otros entre el mobiliario, sofás, tazas, repisas, mecedoras… algunos de ellos se esconden bajo la alfombra y otros se anidan en nuestro pecho. En el escenario no es diferente, lo único que varía es que allí los invitamos a ser parte de la experiencia, que ocupen butacas y luces, que usen nuestras manos, voces y pasos, que nos acompañen en el ejercicio teatral. En Tándem Beckett buscamos no perder el hábito de habitarnos y habitar los fantasmas y presencias evocados en dos ires y venires que no nos son extraños: el caminar de un lado a otro y el mecernos para trasladarnos sin movernos de un mismo sitio, como péndulos que aborrecen el punto medio y la estaticidad de la vida y la muerte, oscilando entre ambas. La paradoja habita también este espacio propuesto pues caminamos para sentir que pasa el tiempo cuando este se ha detenido para nosotros, como si nuestras piernas sustituyeran las manecillas de un reloj descompuesto, para posteriormente mecernos en un asiento que se mueve aunque sigamos en el mismo sitio, círculos y péndulos que nos recuerdan que el movimiento puede no ser necesario, incluso redundante, pero que, en ocasiones, llega a ser un vehículo cuando lo único que nos queda es el lenguaje.
Proyecto de: Fantasmágora Teatro
Dirección: Diana Acosta Rippe y Nicolás Muñoz Díaz
Dramaturgia: adaptación de dos obras teatrales de Samuel Beckett: Pasos y Mecedora
Elenco: Diana Acosta Rippe