Por Carlos Moisés Ballesteros P.
Dramaturgo, director teatral y columnista
Artículo escrito en el marco de la Beca de periodismo y crítica de las artes 2022 – 2023 que hace parte del proyecto ganador Hacía una mirada panorámica de la evolución de la dramaturgia bogotana y sus principales protagonistas, a través de la historia del Festival de teatro y circo de la ciudad de Bogotá.
Críspulo Torres ha sido, para mi experiencia, la sorpresa más contundente de esta serie de reflexiones desarrolladas. La razón: el poco conocimiento de su labor, pues mi experiencia dentro del oficio no me había permitido conocer su trabajo, el cual ha sido, en todo sentido, muy revelador. El Teatro Estudio de Calarcá – Tecal, con quien ha desarrollado la mayor parte de su trabajo de escritura hace parte de las agrupaciones de larga trayectoria que han permanecido en una labor constante producto de una suma de enormes y significativos esfuerzos, con grandes resultados que han incrementado el valor de la escena colombiana, en especial la bogotana y su proyección hacia el mundo, como es el caso de Críspulo y el Tecal.
Si bien la labor de Críspulo, que se ha desarrollado dentro del festival, supera en número las que hemos podido tener en cuenta para este estudio. Esto, dada la dificultad que hemos tenido, junto con mi equipo, para poder conseguir algunos de los textos. Sin embargo, Breve canción para una ciudad frágil, obra compuesta por siete piezas breves, cada una de ellas, de una riqueza e independencia especial; junto con Domitilo, el rey de la rumba, obra cuya circulación, se dice, supera las tres mil funciones y, acompañado de estos dos clásicos de la ciudad también se leyó el texto El guiñapo y la paradoja, el cual también ha sido tenido en cuenta para esta reflexión que cierra este estudio de más de 50 textos teatrales, casi dos docenas de autores.
Al enfrentarnos a estos tres textos teatrales, debemos reconocer la diversidad temática del oficio teatral en Colombia, así como la facilidad en que algunos de nuestros representantes podían transitar de un formato a otro sin que esto modifique las búsquedas de cada etapa.
Para comenzar, con Domitilo, el rey de la rumba, nos enfrentamos a una exploración de lo carnavalesco a través del teatro de calle, y de las formas de la fiesta popular del país. Está claro que Colombia tiene una relación potente e indivisible con el carnaval, con la fiesta popular y con los ritmos alegres que son herencia de la migración africana al país (y la cultura caribeña).
Por su lado, El guiñapo y la paradoja es una obra de sala que explora la construcción de la situación dramática en un proceso de aparición de la metáfora como acción literal en el que el valor poético desaparece y las acciones se transforman en sucesos probables. La apuesta propone un contrapunto de tensión entre lo real y lo metafórico/fantástico mientras sigue conteniendo en la fábula elementos de las diferentes problemáticas que afectan a la sociedad colombiana, presente siempre en cada una de las obras.
Finalmente, con Breve canción para una ciudad frágil asistimos a una obra que en realidad son siete piezas breves y de mediana extensión que constituyen un amplio panorama costumbrista colombiano, pasando por episodios como la colonia o la Patria Boba, evolucionando hasta nuestros días y transformando respectivamente tanto las problemáticas como las historias. Esta una obra que en sí misma es una muestra de diversidad estructural, mientras explora desde la periferia la historia de Colombia. Allí, entre otras cosas, los personajes presentes en cada una de las obras, no son los protagonistas que hicieron la historia del país, próceres de la patria, sino gente del común, hombres y mujeres, afectadas por el devenir del país y sus dirigentes. En suma, una especie de historia al margen.
Sainete, simplicidad de la historia y sus problemas
Uno de los aspectos de valor del trabajo de Críspulo tiene que ver con la simplicidad con la que (en apariencia) cuentan las historias. En sus obras, las situaciones que atraviesan sus personajes suelen estar cargadas de cotidianidad y marcadas por el rasgo de lo popular, mientras son intervenidas con inteligencia por lo fantástico o lo mítico, como en el caso de Domitilo, el rey de la rumba, quien tiene que emprender un gran viaje para pedir permiso a Dios para tocar el tambor. La historia inicia de un modo carnavalesco y utiliza a los juglares para proponer un juego de representación muy cercano a las prácticas de calle, en el que se tienen que establecer mecanismos para la concentración del espectador o el juego de los focos. Estas prácticas sirven de plataforma para que conozcamos la vida de Domitilo, un hombre común que no tiene para pagar la renta de su casa.
Las exploraciones, sin embargo, son muy versátiles en cada uno de los textos de Torres y siempre encuentran el modo de combinarse con lo popular. Con esto Críspulo está constantemente recordándonos el sainete y trayéndonos de paso, prácticas costumbristas que evocan lo cotidiano de otras épocas de nuestra historia, contadas con habilidad, a través de situaciones divertidas, de fácil acceso, como en La radionovela en la que Julia, un ama de casa, se enamora de su radio, quien cobra vida para acompañarla mientras su esposo trabaja para el general Rojas Pinilla o Jacobo en El guiñapo y la metáfora, a quien le han robado el corazón en el Parque Nacional y hace la denuncia en a comisaría, pero ha termina encerrado por culpa de un policía corrupto y pervertido. En estas historias es difícil encontrar hermetismo a pesar de que, también, por supuesto, se explora el lenguaje metafórico y la naturaleza de la poesía al servicio de la escena.
Lo fantástico parece acercarnos a la tradición del realismo mágico atribuido a Gabriel García Márquez, pero que cuenta con diferentes autores que hacen eco de esta condición de lo colombiano y que ha quedado retratado en diferentes manifestaciones, una de ellas el teatro de Críspulo Torres.
Diversidad estructural
Continuando con el análisis, otro componente que debemos poner sobre relieve es el de las apuestas estructurales del cual, es gran representante la obra Canción breve para una ciudad frágil. Esta obra es una heptalogía que explora el costumbrismo en el paso del tiempo. Con ello se genera una forma de reactualizar la idea del sainete desde una perspectiva muy atractiva, que no espera ser continua en sus fabulas, pero sí con elementos recurrentes como el amor, lo mágico, lo político como entorno social, la casa como territorio cotidiano, la calle como espacio de peligro. Siete piezas componen esta saga; El vestido, Las sombras, Proyecto Llorente, Los exterminadores, Valentina Sombreros, La radionovela y Los investigadores.
Cada uno de estos textos propone un espacio tiempo de trabajo que contextualiza sobre un episodio histórico de Colombia. Así, a través de diferentes formas de tejer la trama se exploran estructuras para que la historia avance a lo largo de los sucesos. Por ejemplo, en El vestido aparece el Virreinato y la historia es lineal, pero con la aparición de elementos mágicos como el robo de la manga del vestido que Gomiar, esposa de Alcocer, roba en una visión y que posteriormente le sirve de prueba ante la infidelidad de su marido. Con Las sombras se explora la Colonia, pero allí se utiliza al público como personaje de ficción y la historia en principio es contada a través de dos personajes que sirven de traductores y en cuyas traducciones del español castellano al español criollo reconocemos dos versiones en tensión de la misma historia; hija y padre.
Con El proyecto Llorente estamos frente a la independencia y aquí podemos reconocer el clásico formato del teatro dentro del teatro, en donde no solo se da cuenta de cómo sucedieron los hechos de la independencia sino la perspectiva de un grupo de actores trabajando para ganarse un proyecto de convocatoria pública. En Los exterminadores hablamos de la “Patria Boba” a través de una comedia de repetición y absurdo en que la situación no progresa y los personajes se matan, reviven, se preguntan por sus malas acciones y luego vuelven a matar o son asesinados de manera hilarante. Con Valentina Sombreros se explora el monólogo de una mujer que habla sobre los sombreros mientras se permite tratar también la Guerra de los Mil días.
Al final de este corto viaje de análisis, cerramos con La radionovela que explora la época de la presidencia del general Rojas Pinilla en el poder, pero que conocemos a través de un drama en el que un ama de casa, cansada de la ausencia de su marido, se enamora de la radio y sostiene una pequeña relación emocional con este al que se permite hablarle e interactuar mientras su trabajo sufre la caída del general Rojas Pinilla en el poder.
Cerramos con una obra que pasa en el tiempo actual: Los investigadores. Allí conocemos a través de supuestos, la historia de Marco, un funcionario de biblioteca y Patricia, una joven estudiante universitaria, en una historia de amor en la que viven. Los conocemos desde su primera cita hasta una ruptura matrimonial traumática, con hijos, todo ello sin moverse de la biblioteca, en el día en que se conocen, sin que el paso del tiempo nos deje entender las probabilidades del futuro en otro gran juego con las estructuras.
Sin lugar a dudas, con Críspulo Torres inicia el cierre con broche de oro de nuestro espacio de reflexión sobre la evolución de la dramaturgia en la que ya solo nos quedan dos entregas. Con Torres contamos con una serie de magistrales textos que apelan a lo colombiano, a nuestro devenir, pero también exploran diferentes formas de creación que nos interpelan y se permiten invitarnos a nuevas perspectivas de tratamiento sobre la realidad, la de nuestros tiempos y la de antaño. Quedan, sin embargo, muchas preguntas que hacernos como humanidad y como sociedad, ojalá siempre desde la escena fuera o dentro de ella.
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Puede leer los otros nueve artículos que completan este proyecto, dando clic aquí.
Admiración profunda al trabajo teatral y dramaturgico de todos quiénes componen el teatro TECAL.
Alguna de sus obras están grabadas?
Tienen grabaciones?
Felicitaciones Crispulo, merecido articulo. Tu trabajo incansable para desentrañar las emociones, pervercidades y juegos truculentos de los humanos desde la mirada burlesca y atinada de tu dramaturgia. Un abrazo.
El maestro Crispulo Torres… Desde La Tebaida Quindío… Desde el Movimiento Teatral Tebaidarte nuestro gran abrazo de respeto y admiración… Aquí hemos estudiado y montado sus obras… Para nosotros uno de los grandes de la Historia del Teatro Nacional…